Os presento a mi amigo Jack...

¡¿A que es muy bonitiño!? Un encanto, que no se separó de mí en todo el tiempo que estuve por su zona, e incluso, me fui a sentar a una mesa de picnic como a 10 metros y no tardó nadita en venir a verme jejejejejeje si es que ¡es un encantito! La cosa fue que estaba observando a la jauría de gaviotos revoloteando las cocorotas de dos enanos, mientras apareció Jack y fue amor a primera vista... ¡mutuo!

Primero nos miramos, luego empezamos a comunicarnos (bueno, la que emitía sonidos raros era yo, el chico es un poco tímido al principio...) y luego ya se produjo el acercamiento... carrerita por aquí, carrerita por allá se fue acercando a mí, buscando conquistar mi sombra para una vez allí estirarse todo coqueto y saludarme con sus patitas... pero en vista de que el acercamiento iba demasiado rápido decidí alejarme un poco y buscar un sitio para continuar mi lectura de parque: Volkswagen Blues de Jacques Poulin.
Instalada en la mesa de picnic, estaba yo apurando las últimas páginas del libro cuando un sexto sentido me sacó de mi lectura y ahí estaba él... Jack me había encontrado...
Hizo algunos rodeos pero al fin se decidió... ni corto ni perezoso se plantó encima de la mesa a escasos 50 cm de mi persona... y claro, eso sí que ya fue demasiado... ¡cuánta osadía!
Un regaño después se alejaba de nuevo brincando hacia el árbol gordecho de enfrente...
¿Fin de la historia?...


Hay que ver para lo que da un paseo por el parque, ¡eh! jejejejejejejejejejejejejejeje La historia es cierta tal y como os la cuento, la coña es: "¿por qué una ardilla viene a ponerse en mi sombra para ponerse en plan dami algo, dami argo?" Y claro, como vio que yo de comer no le daba ni las cáscaras pues se marchó con viento fresco... pero más claro aún cuando me vio sentada en la mesa de picnic se dijo "esta es la mía, ahora seguro que no me puede rechazar, va a sacar la merendola"... y ni merendola ni ná, un libro y una infusión calentita y andando... y allí me dejó más plantada que el árbol por el que me sustiyó. Y ser era tan bonitiña... y daban unas ganas de acariciarla y llevársela puesta que pa qué contaros, pero una vocecita interior decía "es un animalillo... es un animalillo", mientras otra me recordaba "alimentar animales 500 dólares de multa"... así que un saludito en francés, otro en español y va que chuta jejejejejjejeje ¿O sería que andaba falta de gafas de sol y no entendía bien el mensaje? ay, ahora me queda la duda... :P

Y todo esto sucedió en el Parc de la Promenade Bellerive, parque que se me hizo de rogar después de una semana y media de intentos fallidos... y valió la pena la espera y el diazo de sol de hoy, ¡precioso! ¡brillante! ¡espectacular!
En menos de 5 minutos se me olvidó dónde estaba... qué gran ciudad ni gran ciudad, yo ya me he mudado al pueblo y vivo tan ricamente jeje ;)
El parque es grandote, está a orillas del río San Lorenzo y el proyecto de convertir en parque esta zona comenzó allá a finales de los 60, aunque les llevó décadas y varias protestas ponerse de acuerdo para llegar a lo que es hoy: un agrupamiento de varios parques en uno solo, con unos bonitos senderos para ciclistas y peatones, zonas de pesca (el río está limpito y reluciente desde el 2007) y graaaandes áreas de verde. También habilitaron un palco de la música, que por lo que me comentó la amable señora (pero con prisas por cerrar que eran menos cincooo... jejejejeje) de la Maison d'accueil lo usan un montón en verano para un montón de conciertos, habrá que volver a menos diez jejejejejejeje.

En total son rondan los casi 3 km de longitud de punta a punta, pero da gusto patearlos, sobre todo con ese solazo reluciente a un lado y el agua del río al otro.

 

Enfrente están las islas de Boucherville, que en su tiempo albergaron incluso un parque de atracciones y una pista de aterrizaje y que en la actualidad son parque protegido dentro de la red de parques nacionales de Quebec. Sin embargo, creo que nos quedaremos con las ganas de visitarlas porque entre que el ferry que las une con la isla de Montreal solo funciona en verano y que vehículo motorizado por ahora no gastamos para poder pasar por el túnel... pues una penita porque la foto que vi de la excursión en canoa por unos canales entre juncos tenía una pinta estuuupenda.

 ¿Y entre un parque y el otro? ¡¡Barquitos!! jejejejej más bien barcazos... un carguero, un limpiador, una lancha de control y un barquitito fue lo que vi hoy. Ya estaba yo empezando a pensar que eso de que el San Lorenzo es navegable era un timo jejejejejej :P ¡Qué gustito ver barquitos navegar! Así claro, no me iba yo a creer ya instalada a orillas más atlánticas del San Lorenzo... ;)
Y caminando, caminando me encontré formas e imágenes sin palabras ;) espero que os gusten:

Ju Ming, exposición Taichi

mirador entorpecido jejejeje

¿hay calles en el paseo? jijijiji así nunca te pierdes ;)

 Y curioseando hacia el río vi unas cosas raras que llamaban la atención en la orillita... ¿será una nueva especie? ahí vamos a investigar...

jejejejejejeje solo era hielo rebelde que se resiste a derretir :D

Seguimos con el paseo y paramos para admirar el horizonte... a la derecha el oeste, hacia el lago Ontario... a la izquierda el este, hacia el Atlántico... ¿irá el carguero cargadito de mercancía para el viejo contiente?... ¿me lleva? ;)

 Y por si estábais pensando en bañaros naranjitas de la china... jejejejejeje

 Y ya llegando al final de nuestro paseo os dejo con dos creaciones, una por culpa de dejarme jugar demasiado con el programita de fotos jejejjeje.....

 

Y la otra de los famosos nids de poule, que empiezan a florecer con el deshielo ciudadil...

 ¡¡Que tengáis un bonito domingoooo!! :D